«Fado da saudade » Adaptación.
Adaptació –que es pot cantar- d’un magnífic fado de Carlos do Carmo*. Un homenatge a Lisboa i, sobretot, a Alfama, un dels llocs més bells que he conegut.
“Fado da saudade”. Carlos do Carmo. Traducción y adaptación de Joan Amenós
Amanece en la ciudad que me fascina,
en esta vieja Lisboa, que fue mi vida;
y con un nudo de nostalgia, en la garganta,
escucho un fado que es tan sólo despedida;
y con un nudo de nostalgia, en la garganta,
escucho un fado que es tan sólo despedida.
Fue en las tabernas de Alfama, en hora triste,
donde nació esta canción, y su lamento,
una memoria del que busca, como el viento,
la mirada de quien ama, y siempre insiste;
una memoria del que busca, como el viento,
la mirada de quien ama, y siempre insiste.
Mientras quema este dolor, con sentimiento,
oigo este mar que resuena mientras canta;
y desde Bica a Mandragoa, en un momento,
me regresa esta ansiedad, de la partida.
Amanece en la ciudad, que me fascina,
en esta vieja Lisboa, que fue mi vida.
Vivir sólo del pasado, sin sentido,
te encarcela a tu destino, que te invade;
pero en el alma de este fado, siempre vivo,
nace un canto cristalino, siempre nuevo.
Pero en el alma de este fado, siempre vivo,
nace un canto cristalino, siempre nuevo.
Y es por eso que imagino, en aire libre,
aquel vuelo de gaviota renacida;
y ya nada me lastima, todo me llama,
en estas calles tan mías, amanecidas;
mas con un nudo de nostalgia, en la garganta,
escucho un fado que es tan sólo despedida.
*Versión original de la canción: http://www.youtube.com/watch?v=vw-3ccM2f6g
CARLOS DO CARMO. “FADO DA SAUDADE”. LETRA
Nasce o dia na cidade, que me encanta
Na minha velha Lisboa, de outra vida
E com um nó de saudade, na garganta
Escuto um fado que se entoa, à despedida
E com um nó de saudade, na garganta
Escuto um fado que se entoa, à despedida
Foi nas tabernas de Alfama, em hora triste
Que nasceu esta canção, o seu lamento
Na memória dos que vão, tal como o vento
O olhar de quem se ama e não desiste
Na memória dos que vão, tal como o vento
O olhar de quem se ama e não desiste
Quando brilha a antiga chama, ou sentimento
Oiço este mar que ressoa, enquanto canta
E da Bica à Madragoa, num momento
Volta sempre esta ansiedade, da partida
Nasce o dia na cidade, que me encanta
Na minha velha Lisboa, de outra vida
Quem vive só do passado, sem motivo
Fica preso a um destino, que o invade
Mas na alma deste fado, sempre vivo
Cresce um canto cristalino, sem idade
Mas na alma deste fado, sempre vivo
Cresce um canto cristalino, sem idade
É por isso que imagino, em liberdade
Uma gaivota que voa, renascida
E já nada me magoa, ou desencanta
Nas ruas desta cidade, amanhecida
Mas com um nó de saudade, na garganta
Escuto um fado que se entoa, à despedida
***