Decepción es la palabra que resume la tercera ronda de negociaciones sobre el acuerdo de relaciones futuras entre la Unión Europea y el Reino Unido. Al menos, así se desprende de la conferencia de prensa que realizó Michel Barnier el 15 de mayo de 2020 (aquí). Con todo, empieza con un aspecto positivo: el Reino Unido envió una propuesta que abordaba todos los extremos que debían negociarse, según la Unión. Y es una buena noticia pues, hasta ahora, sus proposiciones habían sido incompletas.
A continuación, el jarro de agua fría: no ha habido progreso en los temas más importantes. El representante de la Unión Europea destaca la pesca, la gobernanza de la relación futura y la cooperación judicial y policial en materia penal. Resulta sorprendente el disenso en la última materia, dado que prima facie parecería que el Reino Unido y la Unión Europea comparten los mismos valores. El problema reside, según Barnier, en que la Albión se niega a comprometerse a garantizar los derechos y libertades fundamentales conforme a la Carta de la Unión Europea y a mantener el nivel de protección de datos actual.
Sin embargo, van a seguir negociando y el político francés adelanta los tres ejes de la posición de la Unión Europea. En primer lugar, desea un acuerdo de libre comercio ambicioso, sin tarifas ni cuotas. Segundo, hay que mirar al futuro y tener en cuenta que el mundo y la política comercial han cambiado. Por eso resulta necesario poner el acento en los problemas actuales, como el desarrollo sostenible, la lucha contra el cambio climático o la lealtad concurrencial. Por último, el Acuerdo debe ser global. Michel Barnier afirma que no admitirá el cherry picking que desea el Reino Unido. Por ejemplo, no se puede permitir que los profesionales británicos accedan al mercado europeo cuando el Reino Unido cierra sus aguas a los pescadores de los veintisiete. También rechaza que el Acuerdo de Libre Comercio con Canadá constituya un precedente dadas las diferencias entre el país norteamericano y el británico. En resumen, “(t)he EU wants a modern, unprecedented, forward-looking agreement. Not a narrow one rooted in past precedents and sliced up sector by sector.”
Confiemos en que la cuarta ronda, que se celebrará a principios de junio, tenga más éxito.