“Hasta que no haya un cambio de base en el presente, no podrá haber mejoras en el futuro”

Las Dras. Laura Cutando (izquierda) y Marta Luna (derecha) son dos investigadoras postdoctorales que se han incorporado recientemente al Instituto y han conseguido una beca Marie Curie. Las hemos entrevistado para conocerlas mejor y saber en qué trabajan.
- ¡Felicidades por las becas! ¿Qué supone para vosotras haber conseguido ser investigadoras Marie Curie?
MARTA: Personalmente, es un gran reconocimiento profesional. Son becas muy prestigiosas y competitivas, y el hecho de haber obtenido una supone una compensación al esfuerzo realizado hasta el momento y al que vendrá en el futuro. Así que para mí es sin duda una gran alegría.
LAURA: A mí también me llenó de felicidad. De hecho, durante estos últimos años ya estuve pidiendo becas de posdoctorado y la verdad es que los resultados no fueron muy satisfactorios. No me lo esperaba y estoy muy contenta.
- ¿Cuáles son las contribuciones científicas más importantes que pensáis que habéis hecho hasta ahora?
MARTA: Yo siempre he trabajado con enfermedades mitocondriales que son un grupo de patologías muy heterogéneas clínicamente. Mi investigación, tanto predoctoral como posdoctoral, se ha centrado en tratar de comprender los mecanismos moleculares por los cuales existe esta gran variabilidad clínica, con el objetivo final de buscar una terapia curativa.
LAURA: Mi tesis doctoral fue sobre el estudio del sistema endocannabinoide del cerebelo y durante mi postdoc en Montpelier trabajé en un proyecto que estudiaba el sistema dopaminérgico también en esta zona del cerebro. Por lo tanto, el cerebelo siempre ha sido mi eje principal de estudio. No sabría decir que contribución ha sido más importante que la otra, porque creo que ha sido un proceso de aprendizaje constante que me ha permitido ir avanzando con el tiempo en el conocimiento de la fisiología, anatomía y los circuitos del cerebelo.
- De todos vuestros artículos, ¿Cuál salvaríais de un incendio?
MARTA: Yo sin duda salvaría el último artículo que hice en mi etapa postdoctoral. Disfruté mucho haciéndolo, tanto desde un punto de vista profesional, por el sitio donde estaba, en Cambridge, como personal, por las personas con las que trabajaba. Este artículo es básicamente la guinda del pastel de un periodo muy bueno.
Sabemos que la alteración estructural de las crestas mitocondriales afecta a la estabilidad del genoma mitocondrial contribuyendo a la patogénesis de este tipo de enfermedades. En el artículo demostramos que, si revertimos esta alteración y preservamos la estructura interna de la mitocondria, el fenotipo de la enfermedad se revierte.
LAURA: Yo los salvaría todos, o al menos un trocito de todos ellos, porque, aunque es verdad que a lo largo de estos años he vivido momentos mejores y peores y ha habido algunos baches en el camino, también ha habido momentos muy bonitos, tanto por el ámbito profesional como el personal con los compañeros con los que trabajaba. Todos estos artículos han supuesto un crecimiento importante para mí y por lo que no podría quedarme solamente con uno.
- Habéis vivido en diferentes ciudades del mundo por vuestra carrera científica, ¿teníais ganas de volver?
LAURA: Sí, al final de mi tesis doctoral me fui de estancia durante 5 meses a Japón, para trabajar en la universidad de Tokio, y luego cuando terminé el doctorado me fui a vivir a Montpelier durante 4 años para realizar un primer postdoc. Ambas experiencias fueron muy intensas y positivas, tanto a nivel personal como profesional. A pesar de ello, la verdad, es que tenía muchas ganas de volver. Me empezaba a pesar estar lejos de mi familia, mi pareja, mis amigos y echaba de menos las costumbres de aquí.
Para volver, hice la entrevista con QuintanaLab porque me interesaba mucho la temática y el compromiso era ir pidiendo becas. Había presupuesto, pero siempre es mejor para el laboratorio y como investigadora estar becada para tener más estabilidad.
MARTA: Yo hice mi estancia de doctorado entre Alemania y Londres, y luego mi postdoc en la universidad de Cambridge. Desde un punto de vista personal, quería volver porque echaba de menos mi gente, mi hogar, mi familia, el tiempo… Pero, sin embargo, desde un punto de vista profesional, no, en el sentido de que aquí, desgraciadamente, la posición de científico está infravalorada en general y las perspectivas futuras de estabilidad laboral son muy difíciles, así que en ese sentido la idea de volver me echaba un poco atrás.
Yo vine aquí con una Beca Juan de la Cierva Incorporación y ahora obtuve la Marie Curie, que profesionalmente es más prestigiosa y mejor económicamente hablando. El problema (entre comillas) es que es sólo para do años y después, bueno, ya se verá…
- ¿Por qué elegisteis el QuintanaLab para hacer vuestro postdoc?
MARTA: Es un grupo muy bueno, joven, dinámico y que en poco tiempo ha conseguido una gran cantidad de financiación propia, con proyectos innovadores y rompedores en el sector. Además, el equipo de investigación en sí es pionero en el estudio de la disfunción mitocondrial en diferentes células neuronales, así que desde un punto de vista científico y profesional es un grupo maravilloso. Además, en cuanto a la parte más personal, ahora que estoy trabajando con ellos la verdad es que puedo decir que también es excelente, así que estoy muy contenta.
LAURA: Escogí el QuinataLab por varias razones. La primera fue la temática. Aunque las enfermedades mitocondriales no habían sido hasta ahora el eje central de mi investigación, durante los últimos meses en Montpellier participé en un proyecto sobre el Síndrome de Rett donde datos preliminares apuntaban a cambios en genes mitocondriales del cerebelo. Estos resultados me motivaron a saber más sobre las mitocondrias y venir a QuintanaLab era una buena oportunidad para aprender y profundizar en este campo. Otras razones fueron las técnicas de laboratorio que utilizan, las publicaciones que han hecho hasta el momento y la metodología que emplean en sus experimentos. Por último, tengo una buena amiga que trabaja en el laboratorio y me comentó que había muy buen ambiente de trabajo, un punto que para mí era muy importante. La verdad es que llevo pocos meses con ellos, pero estoy muy contenta de la elección y confirmo que el ambiente es estupendo.
- ¿Cómo es vuestro día a día actualmente?
LAURA: Yo empecé hace un mes y medio en QuintanLab, aún estoy medio aterrizando en el laboratorio. Mi día a día consiste básicamente en aprender todo lo que puedo de mis compañeros, observar cómo trabajan, qué dinámicas existen, cómo funcionan las técnicas, etc. Estoy aprendiendo mucho. De momento, aún no he empezado a trabajar en el proyecto que he presentado para la beca Marie Curie, pero tengo muchas ganas.
MARTA: Yo llevo un poco más de tiempo en el laboratorio de Albert. En mi caso, tengo bastante experiencia como mitocondrióloga, pero no como neurofisióloga, por lo que ahora me estoy empapando de todo lo que puedo sobre el conocimiento del sistema nervioso y el cerebro. Mi día a día también consiste en aprender de mis compañeros, adaptarme al nuevo ambiente de trabajo, aprender nuevas técnicas y poco a poco ir cogiendo más carga de trabajo y nuevas responsabilidades.
- ¿Cómo os ha afectado la situación de la pandemia?
LAURA: En mi caso, el confinamiento total lo pasé cuando aún estaba Montpellier. He empezado a trabajar en QuintanaLab a principios de año. Existen medidas de seguridad y distanciamiento dentro del laboratorio, pero nosotros seguimos trabajando más o menos a un ritmo normal.
MARTA: Yo llegué de Reino Unido el mes junio, cuando allí no había un lockdown estricto y aquí empezaba la desescalada total después de un duro periodo de confinamiento. Tuve que empezar a trabajar a distancia así que llegué sin haber conocido nadie en persona, por lo que fue un poco extraño. Lo normal es que cuando llegas a un laboratorio nuevo, sigues a una persona y vas viendo los proyectos y los experimentos que están realizando. Al haber la limitación de capacidad, todo esto no me lo permitió por lo que en un inició fue complicado.
- ¿Nos podéis explicar brevemente el proyecto de investigación que vais a llevar a cabo?
MARTA: Mi proyecto se basa en la teoría endosimbiótica de la mitocondria. La mitocondria, hace mucho tiempo, era una bacteria aerobia independiente que entró en simbiosis permanente con el predecesor de la célula eucariota. Debido a ese origen bacteriano de la mitocondria, esta puede mandar señales inmunogénicas equivocas a la célula y hacerla creer que está infectada. Esta situación puede provocar que la célula, en este caso neuronal, muera porque es atacada por el sistema inmunitario. En mi proyecto, pretendo estudiar los procesos moleculares por los cuales esto ocurre y si está involucrado en la fisiopatología de la enfermedad. Si es así, pretendo estudiar cómo podemos modificarlo para tratar de revertir el fenotipo y desarrollar nuevas terapias.
LAURA: El proyecto que yo voy a realizar se centra en una enfermedad genética del neurodesarrollo que se denomina síndrome de Rett y que afecta principalmente a las niñas. La idea es estudiar qué sucede en las mitocondrias de las células del cerebelo de las personas afectadas. Además, muchos de los estudios que se han realizado hasta la fecha se han hecho con modelos animales machos, y ahora queremos estudiar los dos sexos en paralelo.
- ¿Por qué os decantasteis por el estudio del sistema nervioso y de las patologías mitocondriales?
LAURA: Yo entré en el mundo de las neurociencias con las prácticas de final de carrera y como me gustó mucho el proyecto, me animé a hacer el máster en neurociencias. Desde entonces, me he centrado en el estudio del sistema nervioso. El campo de las enfermedades mitocondriales es nuevo para mí. Espero que durante este tiempo aprenda mucho sobre este tipo de enfermedades.
MARTA: Las patologías mitocondriales, aunque puedan afectar a cualquier órgano, repercuten mayoritariamente al sistema nervioso. Hasta ahora había trabajado con síndrome nefrótico y miopático, relacionados con disfunción mitocondrial, pero creo que era importante trabajar con un fenotipo nervioso. Con este postdoc espero poder aprender lo máximo posible sobre la neuropatología asociada a la disfunción mitocondrial y seguir formándome en el estudio de las enfermedades mitocondriales desde un punto de vista más traslacional.
- ¿Cuáles son los mayores retos que hay en el estudio de estas enfermedades?
MARTA: Las enfermedades mitocondriales son enfermedades raras, es decir, afectan aproximadamente a 1 de cada 5000 nacimientos en Europa. Sin embargo, en su conjunto son de los defectos metabólicos más comunes. Este tipo de enfermedades presentan una gran heterogeneidad tanto genética, bioquímica como clínica, por lo que yo creo que el gran reto seria encontrar una vía común para desarrollar un tratamiento que utópicamente fuera extensible a un conjunto de ellas.
LAURA: El síndrome de Rett es una enfermedad que hoy en día no tiene cura, los pacientes que la sufren solo reciben tratamientos paliativos. Los retos actuales se centrarían en poder estudiar más concretamente dónde se están produciendo estas alteraciones dentro de las células nerviosas y por qué ciertas poblaciones neuronales presentan más vulnerabilidad a tener una afectación que otras.
- ¿Cómo veis el futuro de la investigación para los estudiantes actuales del ámbito de las biociencias?
MARTA: Yo siempre digo que hay que estar en ciencia hasta que la ciencia te eche, pero, desgraciadamente, si ya el presente es complicado, el futuro no me lo imagino mejor. Hasta que no haya un cambio de base en el presente, no podrá haber mejoras en el futuro.
LAURA: Hay gente muy válida, muy talentosa y con muchas ganas de investigar. Es una lástima que sea tan complicado llegar a conseguir financiación para la ciencia. Además, conforme más experiencia tienes, más difícil se va haciendo el camino. Espero que este periodo de pandemia nos haga reflexionar y ayude a poner de manifiesto la necesidad de invertir en investigación.
Carlota Olmos