Alvaro Perea González, letrado de la Administración de Justicia y experto en Derecho Procesal, sintetizó en Linkedin unas reglas cuyo respeto escrupuloso debería acreditarse en todas las facultades de Derecho antes de obtener la licenciatura:
“Cuatro consejos rápidos sobre estilo en la redacción de escritos jurídicos dirigidos al Juzgado:
…1º.- La estética es importante (los jueces, funcionarios, fiscales, LAJ, tenemos ojos… no queremos perderlos leyendo escritos sin justificar, con un uso indiscriminado de mayúsculas y minúsculas…) .Es verdad que muchas diligencias de ordenación o providencias no son homenajes al buen gusto, pero intentemos (todos) respetar las pautas mínimas de presentación forense.
…2º.- La negrita es muy útil. A lo largo del día leo una media de 50-60 escritos. Si me indicas con precisión qué es lo más importante (y para ello la negrita cumple un propósito esencial) te estaré eternamente agradecido. Lo demás será necesario, por supuesto, pero la negrita permite concentrar los esfuerzos de comprensión sobre la petición de la parte.
…3º.- No escribas en mayúsculas. Esto está totalmente prohibido. La escritura en mayúsculas es dañina para la vista. Puedes incorporar una frase importante, a modo de conclusión o refuerzo, con empleo de la mayúscula, pero nunca escribas todo en mayúscula. Esta técnica de prosa jurídica legitima el recurso del Juzgado al trámite del artículo 552 de la LOPJ.
…4º.- La síntesis y la claridad son fundamentales. Yo disfruto leyendo a Faulkner, a Proust, a García Márquez… Pero sólo los genios se pueden permitir escribir sin usar puntos y apartes a través de parrafadas infinitas (Por ejemplo: “Una meditación” (Juan Benet, 1970), son 430 páginas sin empleo del punto y aparte. Una maravilla de novela, sí, pero esa técnica se la concedemos a Benet… sólo a Benet.).”