1.-.Es útil agitar los corazones antes de enseñar cualquier cosa. Esto parece más necesario aún cuando se trata de entrar en el Derecho Administrativo (materia cuya sola mención ya llena el pecho de pasión).
Una primera y elemental técnica consiste en invitar a una de las primeras clases a algunos alumnos del año anterior. Por supuesto, el profesor debe salir de clase mientras los estudiantes explican tranquilamente los trucos y manías del docente que “los nuevos” van a sufrir.
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2.-Una segunda herramienta consiste en espolvorear algunas miajas de espíritu competitivo. Sobre todo, se trata de ensalzar y apoyar a los que se van abriendo camino en las dificultades del aprendizaje. El aplauso ha de ser una actividad frecuente.
Ya, ya sé que la rivalidad tiene mala prensa. Pero yo me refiero a la emulación sana, que un día fue santo y seña de los abogados. Sí, aquella regla de felicitar al contrario que había estado brillante (de esto nos hablaba en sus inolvidables clases el magistrado don Jesús Corbal).
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3.-Rectifico: la competitividad sí tiene buena prensa y los jóvenes la acogen con entusiasmo en el ámbito deportivo. La lucha por esforzarse, saber ganar, saber perder y aprender unos de otros. Me gusta comentar a veces, entre bromas y veras, dos videos que son casi iconos de la cultura pop (y perdonen la exageración). El primero es el ya clásico de Luis Aragonés (“y ganar y ganar y ganar”, recomenzando cada día) y el segundo uno más discreto de Carlos Sainz (“mejorar, se puede mejorar…”, pulir, perfeccionar…). Buena lid y mejor aprendizaje.
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