Vaya batalla estamos librando. La que está pasando el monopolio de las noticias de los medios de comunicación a las redes sociales. Instant articles de Facebook, Pulse de Linkedin y ahora Snapchat, que lanza su explorador de historias, alimentado por material multimedia de los usuarios en torno a una noticia.
2 grandes cambios
Con la digitalización, nació el periodismo ciudadano. Y la oportunidad para los periodistas de contrastar sus fuentes de información.
En 2016, sin embargo, la evolución da un nuevo paso con la transferencia de la publicación de noticias a las redes sociales. Con la excusa de que es en ellas donde transcurre la vida digital de las personas y donde se mueve el mercado publicitario, los medios se ven obligados a publicar allí las noticias si quieren mantener lectores.
Y este proceso plantea dos grandes interrogantes:
- ¿Cómo van a actuar las redes sociales como medios de comunicación? Es decir, cuál va a ser su criterio para decidir qué contarnos. Todos sabemos que no hay criterios neutros y que la selección de las noticias que se nos muestra determina nuestra visión de la realidad. Todo un reto para nuestras obsesiones de siglo.
- Y claro, ¿de qué van a vivir ahora los medios?
Diarios sociales a medida
Diarios como el New York Times están haciendo un esfuerzo considerable por publicar contenidos multimedia de alto valor con dos objetivos: que sean patrocinados, es decir, que los pague una marca. Y que tengan tanta calidad que las personas deseen pagar por ellos, y pasar por tanto a un modelo de contenidos de pago.
Lo que se topa con la contradicción de que quiere aparecer -el modelo de pago- en una época en que las redes sociales se llenan de noticias. ¿Será quizás el momento en que, hartos de tanta sobre información, volveremos a unos medios con menos información muy bien realizada?
¿O nos volveremos expertos usuarios de redes sociales y sabremos crearnos nuestros lectores de noticias con fuentes diversas en noticias y puntos de vista? Hay que decir que esto sería el paraíso informativo. ¿Estaremos a su altura?
Retroenllaç: Historias de marcas en el New York Times | María Ripoll Cera